No resulta una relación que se dé ni permanezca fácil. A pesar de que quieran, precisa de esfuerzo para que se sientan acompañados y no absorbidos. Si lo consiguen, duran. Es que en esta unión Capricornio lleva los pantalones y eso cansa al sentimental pez, que no acepta, aunque cede. En el día a día ocurre similar; Piscis no hace del orden algo lógico, y la cabra que ama controlar, se exacerba. Si uno aprieta mucho el romance, el otro lo abre, por eso, será complicado congeniar caracteres. Capricornio nunca hará de un amor una película, y eso los aleja.
En lo sexual, sus relaciones se aprueban, aunque no descollan. Es que no llegan a satisfacerse en sus gustos en el sexo, más el pez, que no logra comprender los gustos más intensos de la cabra, y precisa más dulzura que goce.
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