Energía y espiritualidad se unen en este par mutable, y eso relaja muchos otros aspectos de la vida, por eso, las relaciones entre ellos, pueden funcionar. Se hallarán cómodos, gobernados por Júpiter que los vuelve aventureros, imaginativos e idealistas. El arquero saca su lado andante y libre y el pez aún más reservado, refuerza su no resistencia viéndose atraído por la vibración arrolladora de su par. No van a perseguir cambiarse, pero Escorpio no puede con su genio dominante, si funciona bien.
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