En lo personal, resulta un caballero maduro, sin importar los años que tenga, muy cálido y alguien a quien los lazos le importan, pero como nada es completo, la personalidad no es la más espontánea. Serio, demás ansioso y por momentos algo oscuro. ¿Ya estás cerca de uno así? ¿Te parece un desafío su ser a descubrir? ¿Vos lo ves de un modo y tus amigos de otro? Tranquila, hasta acá conociste una yapa de su manera de ser, más abajo, conocé todo sobre lo que le importa, sus relaciones, qué tipo de amigo es y cómo maneja el dinero y su vocación. Después, ¡decidí tranquila!
Si tuviéramos que definírtelo a primera vista, te diríamos que el masculino Capricornio lejos está ser el alma de la fiesta. No es alguien que vaya a sentirse en su salsa interactuando con otros aun cuando está muy presente. No porque no quiera, sino por protección y porque a veces simplemente su curiosidad no está ahí. Siempre le va a huir a verse vulnerable ante otros. Hasta que entra en confianza. Cuando él se abre, es mimo, humor, algo de locura y sarcasmo que se disfruta y lo vale.
Si ya saliste con uno lo sabés, y si tenés intenciones andate enterando para hacerte a la idea, en el romance la cabra macho no es de entregarse a la primera. Le lleva sus días dar el próximo paso y eso incluye comenzar un noviazgo, concretar una cita o planear noche de amor. La presión no es buena consejera de cupido y menos en este caso, así que ni lo intentes. Si es para un rato, menos. Dale su tiempo y lo tendrás cerca, de lo contrario, se alejará. No lo hace de malo, se cuida de que no lo hieran y de que eso que le prometen sea real. A ellas también les pasa, las capricornianas son así en lo sentimental.
¿Diste el paso y la unión es sólida? Felicidades, estás conociendo tal como es a un hombre de este signo y fiel, pero aún falta más, porque en la conquista no termina todo, debés reforzarle cuán especial es, lo necesita. Y no esperes “living la vida loca” con él. No. clásico y de cenas a la luz de las velas, sí. ¿Algo aburrido? Quizás. Lo tomas o lo dejas. Si buscás lo mismo, es él. Estabilidad.
Un hombre capricorniano es tan opuesto a una ariana de ley, que se atraen. Uno libera y el otro es confiable, pero no pueden con su manera de ser: calma y nerviosismo, impulsividad y timidez. Agua y aceite a la larga. En lo laboral mejor.
Ambos de tierra, las probabilidades crecen. Él será un caballero y ella una princesa que se dejará atraer encantada. Son tan parecidos que corren el riesgo de aquietarse demás, para la mirada resto, porque ellos estarán felices. De filosofar con realismo también se vive.
El cerebro los une. Profundidad y razón equilibran. Ella le dará aire fresco y él le recordará lo necesario que es poner los pies en el aquí y ahora. Se potencian y apegan, pero lo sensual y amoroso falla en la cabra. Pueden lograrlo.
Si hay algo que buscan como mantra, eso es la seguridad. Por eso, que puedan ver fiabilidad en el otro los une. La canceriana algo infantil, nada materialista y obsesiva puede cansar a una cabra más cuidadosa de sentimientos, y aquella notar esa frialdad.
Tierra y fuego. El hombre capricorniano verá muy difícil una relación duradera con una leonina. Ella al frente y el introvertido, pueden ayudarse en lo que les falta, pero no irán muy lejos. Temperamentos y modos de ver la vida muy diversos.
Ambos fieles y reyes de la confianza, hacen posible el amor del bueno, sin exagerar. Similares y maduros. La familia es todo, disfrutan, son fieles, pero no poseen. Estabilidad muy alta.
Nada de nada. Si se ven, se alejan y mejor. Ella lo verá distante aun cuando destaque su valentía en la vida y hasta demasiado serio, y él muy caprichosa y parlante a pesar de su calidez. No se entenderán.
La dama intuitiva se verá atrapada por su hombre realista. Se complementan y confían. Lo que ven, son y lo descubren tras ese velo neutral. Él necesitará seguir teniendo independencia. Con paciencia cederán por cariño notable.
Tierra y fuego, no habrá chispa posible. Apasionada y divertida ella, chocará con un masculino más tradicional y reservado. No se llevan el ritmo y no concretarán una pareja. En los negocios en cambio, la ambición los une fuerte.
Combinación perfecta. Tierra y tierra. Uno para el otro. Pero guarda con la rutina y lo demasiado sobrio. Que ambos lideren puede hacerlos discutir más de una vez. La comunicación es clave acá. La buena vida los conecta. Éxito se avista.
No es posible. La acuariana siempre será de alma libre, y aun cuando él también ostente independencia, no la verá todo lo presente que el capricorniano desearía. No hay cariño sincero. Proyectos en común, sí.
La profundidad es su fuerte y eso los acerca mucho. Muy compatibles. Seguridad y estabilidad que se ven como espejo, y dura. La dulzura de ella lo puede, aunque su dejar estar no tanto. Él deber mostrar más y pronto, sino ella sentirá rechazo. Buen equipo.
Si llegan los confites, estás en buen camino. Un hombre capricorniano es tan devoto como feliz de ver crecer a los suyos. Por su familia da todo y más. A pesar de eso, a veces su carencia de amor expresado se puede notar y sus rasgos dominantes sobresalir. Como papá es el ideal, aunque quizás muy protector: cercano, consejero, planificador y dador, también desde lo material.
No vas a entenderlo de un día para el otro y costará que te deje entrar a su espacio. Es de esos compinches que valen lo que cuestan descifrarlos. No se confesará pronto y será reservado, pero si te elije, considerate par. La amistad no es algo liviano para la cabra. No le falles y alejate del desorden, no lo toleran.
Si hay algo consistente en el mundo de la cabra, esas son las finanzas. Por naturaleza, así como es duro en mostrarse, es firme en construir lo que quiere en cuanto a lo material. No lo desperdicia, y eso le da certezas. Si está bien acá, el resto se acomoda. Los negocios son su todo, y la ambición lo lleva lejos. Suelen ser empresarios hábiles, relacionistas y más. Siempre preferirán ir solos adelante.