Este es el secreto para aprender a atraerlos.
Lo primero que tenés que saber es que fluctúan, son vitales, aventureros y fervientes, así que rara vez vas a aburrirte con él, en todo sentido. Podés ser su alma gemela si también sos energética, variable y sabés incentivar su mentalidad, pero no te obstines ni seas muy sentimental en las charlas porque se pueden desinteresar rápido. Son emocionales, pero también rechazan demasiado azúcar.
A ellos les encanta conversar y son presumidos naturalmente, por eso si te vas a arriesgar a cautivarlo, no es la mejor idea hacerlo en sociedad, ya que son el punto de interés cuando están rodeados.
No son demasiado profundos a veces y no son seguros en sus decisiones, esos atributos no los favorecen a la hora de empatizar o decidirse. Fiel a su signo, tienen dos facetas opuestas, frágiles pero sagaces; algo que los vuelve atractivos al sexo opuesto. Los celos no son su fuerte.
Si lo que querés es conquistar a una geminiana, tendrás que conocer y poder convivir con sus dos facetas que pasan por estados de humor diverso, y que las vuelve apasionadas primero y lejanas al rato. Destacan por su buena conversación, ideal que lo domines; dulzura, independencia y curiosidad, y su buena energía e inteligencia las resalta. Su carácter es distendido, alegre y libre, y eso hace todo más liviano pero la rutina no les gusta, llevalas afuera. Aun así, son precavidas en el amor y el compromiso, primero apuestan a la pasión inmediata y las citas, pero cuando sientan cabeza con alguien que las atrae desde lo sexual e intelectual, dan todo por esa relación.
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