Siendo sinceros, ambos tienen poco en común, razón por la que la armonía no suele fluir entre ellos. ¿Por qué? Los arianos son de lo más quisquillosos, mientras el cangrejo es de lo más intenso y sentimental, a eso se le suma el costado audaz y positivo de los primeros que contrasta con la melancolía natural de un cáncer, algo que no tolerará: tomar riesgo versus necesidad de seguridad.
Cuando Aries se enoja carea, en cambio Cáncer se cierra. Aun así, comparten la idea de pasar por el mundo aportando algo valioso. Si se adaptan, pueden pasar lindos ratos juntos.
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