¿Es todo lo que querés de un libriano? ¿Cómo terminar de ganarte su corazón? En esta introducción viste algunos de sus rasgos más fuertes, en lo que sigue, enterate cómo es su carácter, qué piensa de los lazos familiares, cómo es en la pareja, qué tipo de amigo es y cómo lleva el bolsillo.
Antes de decidir, conocelo a fondo.
Con justa razón se lo relaciona con lo sensato, porque al hombre del signo de Libra lo domina el sentido del deber ser en todas sus acciones. En su carácter, percibe de forma natural lo que va a hacer mucho antes de obrar. ¿Dispuesta a intentarlo? Antes sabé que tiene un carácter de lo más ameno, la buena vibra lo sigue y se deja alcanzar, pero también es obstinado. Encantador y hábil por eso los otros se le acercan y los que se fueron regresan, respetuoso y calmo. Y contrario a lo que parecería, lo lleva con holgura, es un ser muy poco impulsivo. Disfrutable.
La indeterminación puede con él y es casi una causa que lo interpela, más todavía con el romance, por eso no es raro que una mujer que comienza una historia con un libriano no sepa muy bien nunca donde está parada, pero no es adrede, ni él lo sabe con claridad. Y no porque no sienta igual, sino porque es propio de su singularidad. Y claro, eso puede volverte algo insegura, pero créenos, no es su intención. A su tiempo, y entendiéndose a él mismo, va a tomar una iniciativa. Si es en serio, es para los confites, o cerca, porque ama con todo su ser. La chispa con un libriano no se apaga, porque es un experto en hacer las cosas cautivadoras, y eso incluye la pasión. Espera a una mujer que lo armonice, que ponga la unión delante, pero a la vez tenga vida propia. No es intenso ni lo busca en vos.
Un hombre libriano es demasiado opuesto a una ariana, y eso puede ser candente al menos al inicio, pero tienen poco y nada en común por eso no prospera. Si es impulsiva él es obstinado pero tranquilo, y elige su tiempo para decidir, ella sentirá rechazo antes que pararse a entenderlo. Visiones diferentes.
La atracción es inmediata. Aire y Tierra se estimulan, disfrutan la conexión y la mujer taurina puede asentar al libriano. Los dos buscan calma, cariño y armonía, con esfuerzo, lo logran.
Se entienden como pocos y eso los completa, la gemela es dulce y artista y se lleva genial con un hombre sociable y gentil. No lo los paralizan los miedos, pero el poco compromiso puede generar dudas, sobretodo, porque este hombre busca unión y ella no tanto.
Soñadores, comprensivos y de buen humor son, pero distintos, porque el hombre libriano es más mental y extrovertido y la cangreja hace gala de su nostalgia casi de novela y su lado hogareño que puede aburrir a este hombre. Son ideales para emprender, pueden potenciarse.
El hombre de Libra cae rendido ante el encanto natural de la leonina, y a esta le pasa lo mismo, la seduce. Y eso mismo les crea celos. Aun así, están destinados si no tratan de dominarse. Compatibilidad elevada.
A él lo puede la virginiana, y ella se deja llevar por esa calidez que a veces le falta, pero no coinciden en temperamentos. Ella exige demás y sueña y el no. van a llevar al extremo las cosas, falta armonía.
Venus los rige y solo puede haber corazones. Se miran y se flechan. El hombre libriano es de consentirla y es ameno, incluso en lo pasional, y ella lo sigue. Las discusiones no duran, son tal para cual.
La atracción es muy física en ambos, pero puede volverse posesiva. Son de carácter diverso, pero es magnética la seducción. El diálogo los ayuda a negociar, pero contundencia y dudas alejan.
Placer y búsqueda armonía con estilo se potencian. Él sucumbe a la imprevisibilidad de la aventurera y autónoma sagitariana, ella queda encantada con sus modos, y pueden andar.
Ambos saben que son el agua y el aceite. Este hombre difiere en mucho de cómo piensa la vida la fría cabra. Aunque hay seducción y un poco se disfrutan, no fusionan en otros aspectos y hasta intentan dominarse.
Él estará feliz de cómo se comunica y vive lo externo con ella, pero en el romance el libriano precisará más atención de la alejada acuariana que no hace del amor su mayor centro.
Caen rendidos el uno al otro. En el deseo y en lo cálido. La sensibilidad se deja fluir mejor y contra pronósticos, crece y crece en calidad. Si llevan mejor las intensidades por complacer, se afianzan en el tiempo.
En casa como esposo o pareja, el hombre balanza precisa justamente esa armonía que le puede dar un par. Lo busca como el día a la noche porque no sabe estar solo. Un libriano comprometido es amor en estado puro e incluso la situación misma de convivencia lo hará sentir realizado. Si es padre, será enorme y lo agradecerás; y medido como su personalidad, por eso no se mostrará autoritario sino cercano. Nunca será un hombre que elija ser conflictivo ni buscará crearlos, preferirá alejarse o redimir antes que extenderlo. Pero ojo, porque el libriano también tiene aspectos desfavorables que pueden crear líos en el matrimonio: su lado manipulador y tosudo, y quizás, hasta poco colaborativo. Puede alivianarlos, pero cuesta.
Cuando alguien piensa en un amigo del alma, piensa en un libriano, constructor de relaciones innato. Por eso, si recién es incipiente la cercanía notarás como crece y se consolida, y si ya lleva tiempo, podés describirlo como el que todo amigo quisiera. Se trata de alguien afectuoso, atento y de fiar. Es ese ser que no tiene horarios para la oreja o el abrazo que calma, y más, el que te saca de apuros y da la cara por vos.
Aunque claro, la balanza también baja, por eso igual puede dejarte plantado debido a su falta de decisión, y testarudo si algo no lo llena.
La justicia lo rige, y en el trabajo también, aunque tenga que mostrar algo de rebeldía. Él será genial cumpliendo tareas donde impera ser equitativo: abogado, mediador, rr.hh o juez. Su lado seductor y creativo lo ayudan mucho. Y más todavía, si está comprometido con la tarea. Por eso, no es bueno para los números sino para lo social. Y siempre necesita el vínculo con los otros. Saca lo mejor en los pares. Lo material le importa, por eso lo cuida.